¿Sigue batallando las cosas pequeñas?

¿Qué puede hacer cuando los argumentos menores comienzan a afectar su co-crianza?

Las recomendaciones sobre soluciones de co-crianza a menudo se enfocan en problemas más grandes que enfrentan los padres recién separados o divorciados, tratando temas tales como tiempos de crianza, gastos compartidos y la comunicación de piezas importantes de información. Pero el roce no siempre comienza con las cosas grandes. Desacuerdos más pequeños contribuyen a la discordia en todo tipo de relaciones: las parejas, los padres de familia, los amigos y compañeros de trabajo experimentarán problemas que causan pequeños argumentos entre las personas. Los resentimientos instantáneos pueden contribuir a un estado general de descontento y hacer que sea más difícil trabajar juntos de manera positiva para encontrar soluciones, algo que no desea que suceda en su relación de co-crianza.

Los comportamientos que usted y su co-padre consideran molestos o mezquinos de entre si probablemente no desaparecerán después de que se divorcien o se separen, aunque su exposición a ellos puede disminuir. En un día festivo lleno de dulces como Halloween, quizás los viejos argumentos sobre la comida chatarra en la dieta de sus hijos levanten una vez más sus discordias. O tal vez el semestre de primavera en la escuela volverá a despertar desacuerdos sobre la organización de las tareas asignadas. Ya no están más unidos, pero aún estarán relativamente cerca, por lo que se encontrarán en un limbo incómodo sobre cómo tratar estas situaciones. Aquí hay algunos pasos que puede seguir para superar su molestia cuando sienta que sus enfados comienzan a aumentar.

Determine si realmente existe un problema.

Si es que su co-padre termina por dejar que su hijo tenga más dulces de lo que hubiera usted permitido, ¿tendrá un impacto negativo y duradero? Exceptuando las razones médicas por ser más conservadores con el consumo de azúcar, que sus hijos consuman cierta cantidad de dulces pequeños en una noche los dejará ilesos. Probablemente se dé cuenta de que sus hijos se despertarán el próximo día sin ningún daño, aunque es posible que se enfurezca al respecto más tarde, transmitiéndoselo a sus amigos y familiares. Estas molestias pueden ser producto de viejos patrones en nuestras relaciones que pueden impedirnos seguir adelante, así que intente hacerse estas preguntas para determinar si este es un problema que realmente necesita discutir con su co-padre.

  • ¿Las acciones de mi co-padre están poniendo en riesgo la seguridad de mis hijos?
  • ¿Puedo razonablemente esperar que mi co-padre puede cambiar su comportamiento debido a la forma en la que me afecta?
  • ¿Mi nivel de enojo o frustración es proporcional a su origen?

Es fácil caer en viejos patrones al reaccionar a situaciones en común con su co-padre. Pero su comunicación de co-crianza puede estancarse si no puede liberarse de un ciclo de negatividad que se ha arraigado a lo largo de los años. La única persona que razonablemente puede controlar es usted mismo, de modo si se da cuenta que el comportamiento de su co-padre es solo molestoso y no dañino, entonces simplemente enfoque su energía en cambiar su propia reacción.

Mantenga la calma y concéntrese en sus hijos.

Con tan solo saber que el comportamiento de su co-padre está más allá de su control puede que no sea suficiente para superar el sentimiento de frustración por sus acciones. Si las frustraciones livianas continúan acumulándose, podría perder la cabeza hasta el punto en el que accidentes menores causen que sus frustraciones se noten. En ese momento, la co-crianza podría convertirse en una tarea imposible en lugar de una faceta normal de su vida cotidiana. Para evitar que su frustración llegue a este punto, intente lo siguiente.

  • No retenga. Cuando esté molesto/a, puede sentirse tentado/a a revivir su enojo con los miembros de su familia, amigos o transeúntes al azar. Sin embargo, tocar las heridas viejas nunca ayuda a sanarlas, así que resistir esta tentación podría ser su primer paso para dejar las frustraciones.
  • Distráigase. A veces, retener un problema puede ser una de las cosas más fáciles de hacer, así que si se da cuenta de pequeños contratiempos, intente distraerse con otra actividad. Escuche la radio en línea, lea un libro, juegue con sus hijos, inscríbase en una clase de meditación, cualquier cosa que ponga un espacio mental entre usted y el evento que le molestó en primer lugar.
  • Recuerde lo positivo. Es probable que su co-padre tenga algunas excelentes cualidades de crianza. Por lo tanto, cuando se encuentre sumido en pensamientos negativos sobre los problemas menores, haga un esfuerzo para recordar las cualidades positivas que tiene el otro padre cuando se trata de criar a sus hijos. ¿Son un buen oyente? ¿Son maestros en ayudar a sus hijos con la tarea de matemáticas? Intente enfocarte en las áreas en las que su co-padre se destaca cuando apoya a sus hijos.  
  • Consulte a un profesional. Algunas veces la negatividad nos puede vencer. Si se siente incapaz de salir del ciclo de pensamientos negativos sobre las situaciones que están fuera de su control, considere hablar con un profesional de salud mental. Ellos podrán ofrecerle pasos saludables para manejar sus procesos de pensamientos cuando se vuelvan agobiantes.

Las discusiones con su co-padre pueden no girar completamente en torno a los dulces ni la tarea, pero independientemente de lo que le enfade, las molestias menores probablemente serán una realidad para su relación de co-crianza. Sin embargo, cuando su respuesta a esas pequeñas molestias se expanda más allá de sentirse un poco frustrado/a, tal vez quiera tomar medidas para aprender a manejar mejor esas emociones y controlar sus propias reacciones. Las acciones y los comportamientos de las personas nunca estarán perfectamente alineadas con nuestras expectativas, por lo que es probable que ambos lados de cada relación de co-crianza sientan irritación. Los padres deberían simplemente asegurarse de que, a pesar de la exasperación que puedan experimentar, aún así deberían trabajar en equipo con el otro padre para criar a hijos saludables y amorosos.